Sacrificio y ofrenda no te agrada;
Has abierto mis oÃdos;
Holocausto y expiación
no has demandado.
Entonces dije: He aquÃ, vengo;
En el rollo del libro está escrito de mÃ;
El hacer tu voluntad, Dios mÃo,
me ha agradado, Y tu ley está en medio de mi corazón.
He anunciado justicia
en grande congregación;
He aquÃ, no refrené mis labios,
Jehová, tú lo sabes.
No encubrà tu justicia dentro de mi corazón;
He publicado tu fidelidad y tu salvación;
No oculté tu misericordia y tu verdad
en grande asamblea.
(Salmo 40:6-10, RVR 1960)
En general, soy una persona dinámica. Sà soy capaz de disfrutar de una mañana tranquila, pero me cuesta quedarme quieto mucho tiempo, y mi mente despega y comienzo a pensar en la próxima tarea que voy a hacer, o en el próximo evento en el que voy a participar. Me gusta planificar con antelación, estudiar lo que voy a enseñar en mi próxima sesión de estudio de la Biblia, esbozar planes para futuras oportunidades de ministerio. Hasta cierto punto, creo que esto puede ser un don y un reflejo de cómo Dios me hizo, pero también reconozco que no es todo lo que es importante en mi caminar con Dios. Él desea una relación conmigo, no sólo mi servicio.
De estos versÃculos del libro de Salmo, me gusta particularmente el comienzo: «Sacrificio y o